Cuando los dominicanos empezaron a grabar bachata en 1962, una de las cantantes femeninas más famosas de música de guitarra era la puertorriqueña, Blanca Iris Villafane. Villafane cantó, igual que sus contemporáneos masculinos, de las traiciones y desilusiones de la vida en un mundo limitado al barrio y la taberna. Mélida Rodríguez, la primera mujer en grabar bachata, siguió los pasos de Villafane y sus canciones describen con una compasión profunda las experiencias de una mujer en este mundo violento. Mélida Rodríguez fue una de los primeros bachateros, y los músicos que acompañaron sus canciones eran los mismos que acompañaron sus contemporáneos masculinos, como José Manuel Calderón y Fabio Sanabia. Escribió sus propias canciones, y su obra característica “La sufrida” es, sin duda, la bachata mejor conocida cantada completamente de la perspectiva de una mujer. En esta canción, Rodríguez declara su resolución a ser mala, es decir infiel, porque aunque ella siempre ha sido fiel, nadie ha devuelto el favor. El estribillo, “Yo soy mala, y seguiré siendo mala” es una declaración excitante de la libertad femenina en el contexto de una sociedad conservativa en cuanto a la sexualidad. Rodríguez solo se dedicó a grabar música durante un tiempo bastante corto, al final de lo cual había grabado veinte o treinta canciones – todas boleros, algunas grabadas en la forma tradicional de bachata con dos guitarras, unas maracas, un bajo y un bongó, y otras que incorporaron saxófono, trompeta, o timbales. Aproximadamente dos tercios de sus canciones eran escritas por ella misma, los otros son boleros clásicos de desprecio. Aunque sus propias canciones también contienen mucho desprecio, lo que es más importante es el mensaje de otorgamiento de poderes que es tan raro para una mujer en la República Dominicana en los años 1960.
Rodríguez continuó cantante de vez en cuando, pero no continuó grabando después de 1966 o 1967. Mudó del capital a San Pedro de Macorís, lo cual contribuyó a su caída de popularidad, hasta que murió de un ataque cardiaco en 1975, el mismo año que Aridia Ventura, su sucesora evidente en ser la voz femenina de la bachata, empezó a grabar música.
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